Vitaminas y salud dental
Mantener una correcta higiene dental a diario y seguir una alimentación adecuada, rica en frutas y verduras, son dos herramientas esenciales para conseguir y mantener una buena salud bucal. Pero no olvidemos que algunas vitaminas, como las vitaminas B, C o D, son imprescindibles para proteger las encías de algunas patologías como la gingivitis o la periodontitis, y a prevenir enfermedades dentales como la caries.
Vitamina B: la aliada de la salud oral

La vitamina B es la que más beneficios proporciona a la salud bucodental. Tanto es así, que puede ocasionar sensación de ardor en la lengua si no se ingiere la cantidad recomendada, dificultando incluso la acción de tragar. La deficiencia de este grupo de vitaminas puede causar, además, dolor en las muelas, retracción de las encías y sensibilidad en las mucosas de la boca.
Las vitaminas del complejo B se pueden encontrar en alimentos como los champiñones, la carne y el pescado, también existen suplementos cuya administración sublingual (debajo de la lengua) favorece una absorción óptima.
Dentro del grupo de vitaminas B hay tres que destacan por su implicación en la salud oral:
Vitamina B2 o Riboflavina: Entre sus funciones principales se encuentra la participación en la formación de anticuerpos y glóbulos rojos. Si no se ingiere suficiente vitamina B2 se puede producir glositis (inflamaciones de la lengua), estomatitis angular (grietas en la zona bucal) o queilosis labial (fisuras en los labios). Algunos de los alimentos en los que está presente esta vitamina B2 son la leche, queso, huevos, hígado, legumbres y algunos vegetales verdes.
Niacina o B3: La función más importante de esta vitamina en la salud bucal es la prevención de la periodontitis. La niacina se puede encontrar en el hígado, las carnes magras, los cereales, legumbres y en levadura de cerveza.
Vitamina B12 o cianocobalamina: ayuda a mejorar la glositis y la periodontitis. Este tipo de vitamina se encuentra en carnes, vísceras, huevos, pescados y productos lácteos.
Vitamina D: protección dental
La vitamina D facilita la absorción de calcio y fósforo que proporciona unos dientes sanos y protegidos contra factores externos que pueden dañar encías y piezas dentales. Aunque la mejor fuente de vitamina D es la exposición moderada al sol, existen ciertos alimentos ricos en vitamina D como el queso, la leche, los champiñones, la yema de huevo, los cereales y los pescados grasos, como el atún, el salmón o la caballa. No tomar la cantidad adecuada de vitamina D puede provocar osteoporosis en los huesos en los que se sitúan los dientes.
Vitamina C: prevención

La vitamina C es la gran aliada de la salud ya que ayuda a activar los mecanismos de defensa, y por tanto, previene distintas enfermedades. Además, es muy beneficiosa para la salud de dientes y encías, ya que ayuda a evitar su inflamación, así como a la curación de las encías sangrantes. La vitamina C también contribuye a que no se forme placa alrededor de los dientes que después puede derivar en caries. Interviene, asimismo, en la síntesis de colágeno del organismo, incluyendo el de las encías, y es fundamental para el proceso de cicatrización. Las naranjas, fresas, kiwis, melón, pomelos y papaya son frutas ricas en vitamina C, junto con vegetales como los pimientos, el brócoli y las patatas. Tomar menos vitamina C de lo recomendado puede ocasionar hemorragias en las encías, así como ralentizar la cicatrización de las heridas.
Vitamina A: para las encías
La vitamina A interviene en la formación y desarrollo de los huesos y dientes, así como en el mantenimiento de las mucosas y tejidos blandos de las encías, por lo que resulta imprescindible en el proceso de curación de las mismas. Son fuente de vitamina A alimentos como la carne de ternera, el hígado, la leche, el queso, las zanahorias, las hortalizas de hoja verde y los huevos. Su deficiencia puede provocar sequedad en las mucosas con el consecuente aumento de infecciones y otras enfermedades dentales como la caries.
Vitamina E, para aliviar la dentición infantil
La vitamina E constituye un poderoso antioxidante que ayuda a la curación de las encías. También es muy útil para aliviar el dolor de las mismas durante la dentición infantil. Los alimentos que son ricos en vitamina E incluyen las semillas de girasol, las almendras, los cacahuetes, las hierbas aromáticas como el orégano, o las espinacas cocinadas.
Calcio y fósforo: minerales fundamentales
Aparte de las vitaminas mencionadas, el calcio y el fósforo son dos minerales imprescindibles para nuestra salud dental. El calcio es imprescindible en la formación de huesos y dientes. De hecho, si no se ingiere una cantidad suficiente, el organismo lo extrae de los huesos contribuyendo a su debilidad y favoreciendo la aparición de enfermedades periodontales. La principal fuente de calcio para nuestro organismo es la leche y sus derivados, aunque hay otros alimentos que contienen calcio, como los cereales, las verduras u hortalizas de color verde oscuro, las nueces y algunas especies de pescado como las sardinas o los boquerones.
Junto al calcio, el fósforo ayuda a constituir la estructura de los huesos y los dientes ya que la ingesta de este mineral en la dieta ayuda a asimilar el calcio. El fósforo se encuentra en alimentos como la leche y sus derivados, los huevos, el pescado y también en alimentos de origen vegetal como las legumbres, las nueces o los calabacines.
Una dieta en la que estén presentes estas vitaminas y minerales, junto a una correcta higiene dental, es una manera natural de tener una buena salud dental; y no olvide realizar una revisión gratuita en la clínica dental Dr. Puchol por lo menos una vez al año.